Día 19 Expedición del Alma


Día 4 – Mamá te acepto tal y como eres.
Honrar y aceptar a mamá tal y como como es, nos conduce a la paz y a la reconciliación.
Más allá del dolor de nuestro niño herido también está el dolor de nuestra madre y el dolor que nosotros hemos añadido al rechazarla y juzgarla en ocasiones. Un hijo sólo puede estar en paz consigo mismo si se encuentra en paz con los padres, lo que significa que los acepta y los reconoce como son. No es posible decir: “esto lo tomo” y “esto lo rechazo”. Aceptar a los progenitores como son es un proceso curativo en sí mismo, el alma de la persona siente alivio y levedad.
La madre ante todo es humana, tiene sus propias preocupaciones y problemas, su propio Karma y dificultades y debido a todo ello, no siempre ha podido estar presente y en conexión con su potencial de amor incondicional con el hijo o la hija. Cuando nacemos estamos en un estado de absoluta vulnerabilidad, somos seres que necesitamos amor, calor y limites sanos para poder desarrollarnos como personas felices, esta ausencia inconsciente de conexión con esta fuente de amor por parte de la madre, puede ser recibida por el recién nacido o nacida como abandono, peligro y rechazo, carencias que si no las miramos y gestionamos se convertirán en agujeros negros energéticos y emocionales a lo largo de nuestra vida.
Así, en profundidad, el vínculo energético con la madre se va deteriorando y construimos una relación desde el ego donde el amor autentico no puede manifestarse ni fluir.
Generamos emociones densas como el rechazo, tomamos y tomamos de la vida, de las relaciones, tomamos comida en exceso, consumimos y nos auto agredimos de mil formas diferentes, no podemos satisfacernos, porque en lo más profundo hemos cortado el flujo natural de amor con nuestra madre.
Recuperar la conexión con la madre nos ayudará entonces a reconectarnos con el flujo de la vida en todas sus dimensiones.

Actividades
Quiero compartir contigo esta carta de Vivi Cervera, la cual me parece muy oportuna para el trabajo que venimos realizando.
Léela en silencio, y luego escríbela para tu mama
Madre, perdóname por fundirte con mis recuerdos, por no distinguir que eres un ser espiritual que amorosamente se prestó a la obra de teatro que protagonizamos en la Tierra.
Perdóname por hablarte de cualquier manera, por desconocer que tenemos un pacto, por herir tus sentimientos a partir de mis propias percepciones. Perdóname por cada minuto en el cual creí que todo esto se trataba de ti y no de mí.
Perdóname por nuestra historia juntos, por pretender cambiarla, por no superarla.
Perdóname porque no me es fácil saber y sentir quien eres realmente, porque a través de ti sólo veo a mi niña(o) lastimado(a) porque sólo percibo dolor.
Perdóname por querer marcharme de tu vida, perdóname por haberme ido, perdóname por no querer volver a ti, perdóname por no honrarte y no amarte lo suficiente.
Me perdono completamente porque yo no tengo manera de saberlo todo, porque soy tan inocente como tú. Me perdono completamente por mi capacidad latente para lastimar, para resentir, para dañar, para odiar, nada de esto ha sido creado conscientemente, una fuerza interior, una razón, una memoria, una queja, un deseo y mi necesidad de escapar del dolor me impulsó. Yo merezco perdonarme completamente y lo hago ahora. Sin duda alguna te doy gracias porque en un acto de amor consciente o inconsciente me trajiste a la vida, a este mundo que me ha ofrecido todo para que yo pueda conocerlo. Gracias por lo vivido, por las experiencias juntas, por los dolores, por las lágrimas, por las risas, por las ausencias, por las heridas abiertas, por las palabras bonitas y por las que no fueron tanto, todo ello me ha forjado como el ser humano que soy. Te doy gracias porque existes en algún lugar de mi ser y porque me escuchas ahora. Te bendigo.
Lo siento por las memorias de dolor que comparto contigo, te pido perdón por unir mi camino al tuyo para sanar. Te doy las gracias porque estás aquí para mí y te amo por ser quién eres. También te amo porque estás en mis recuerdos y porque es el momento de hacerlo, nunca antes lo fue. Estas palabras surgen, nacen, brotan y florecen en mí ser cuando el tiempo de mi mente es perfecto, el amor me busca ahora y me reencuentra contigo, yo elijo estar en paz contigo, yo soy esa paz en ti y en mí. Yo soy paz. Yo honro mi vida y la tuya tal como fue, tal como es. Yo hago una reverencia ante tu ser de luz que es quien yo soy.
Hecho está. Gracias, gracias, gracias…”


Meditación:
Colócate en tu Lugar Sagrado, y realiza varias respiraciones lentas y profundas.
Toca con tu mano izquierda la piedra que tienes colocada en el ombligo y simplemente siente lo que está allí en ese símbolo del perdón, y con la derecha tomas la carta que acabas de escribir.
Imagina a tu mama frente a ti, y le lees la carta.
Obsérvala, siente en tu corazón lo que ella está sintiendo.
Entrégale la carta, ella la toma y la envuelve en una energía color rosado, llenando de amor todo lo que allí está escrito.
Te mira a los ojos y te dice gracias.
Se queda con la carta y la coloca a la altura de su corazón.
Cuando desees, abres tus ojos.

Pensamiento
"Si uno tiene bien integrada psíquicamente a su madre, irradiará alegría, la gente le amará, triunfará en su vida, brillará... La madre nos conecta a la vida.
La felicidad empieza muy temprano, empieza con la madre y
 se sigue manteniendo en la relación con ella.
El camino de la felicidad se interrumpe cuando perdemos el contacto con la madre".
(Bert Hellinger)

Afirmación:

Te acepto mamá tal y como eres, con tus virtudes, tus fortalezas, tu valentía, pero también con tu sombra, tus debilidades y equivocaciones. Así eres perfecta para mí.


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