Día 20 Enséñale el Trabajo del Espejo a los Niños
DÍA 20
Enseña el trabajo del espejo a los niños
Los niños también sufren el
estrés de la vida.
Hoy aprenderás a practicar el
trabajo del espejo con los más pequeños y serás testigo de los milagros.
Estás a punto de finalizar este
curso y lo estás haciendo de maravilla.
¡Aplaudo tu compromiso y tu
dedicación! Cada día que haces el ejercicio del trabajo del espejo te estás
haciendo un regalo de amor. Cada día que lo practicas, estás dejando atrás
antiguas creencias negativas que has estado acarreando durante mucho tiempo ¿De
dónde proceden estas creencias negativas? Las aceptamos cuando éramos pequeños.
Entonces absorbíamos todo lo que nos decían. Cuanto más oíamos a nuestros
padres u otros adultos decir cosas negativas sobre nosotros, más nos las creíamos.
Cuando éramos pequeños solíamos
decirnos cosas horrendas y menospreciarnos los unos a los otros. Pero ¿por qué
lo hacíamos? ¿Dónde aprendimos esa conducta? A muchos de nosotros nuestros
padres o maestros nos llamaron estúpidos, bobos o perezosos, nos dijeron que
causábamos problemas o que no
éramos lo bastante buenos. A lo mejor nos avergonzamos al escuchar esas
opiniones, pero nos las creímos. Poco podíamos imaginar lo nocivas que iban a
ser estas creencias o hasta qué extremo quedarían arraigados en nosotros el
sufrimiento y la vergüenza que nos iban a ocasionar.
Revisa algunas de las lecciones
más difíciles de este curso, aquellas en las que descubriste ideas que te
estaban bloqueando. Cuando hiciste el trabajo del espejo y la práctica del diario,
¿descubriste que esas creencias muchas veces procedían de heridas de la
infancia?
En la escuela no me enseñaron el
efecto que tendrían mis palabras en mi vida. Nadie me enseñó que mis
pensamientos eran creativos, que, literalmente, podían dar forma a mi destino o
que lo que yo dijera verbalmente regresaría a mí a través de mis experiencias.
Nadie me dijo nunca que merecía que me amasen o que me sucedieran cosas buenas.
Por supuesto, tampoco nadie me
dijo que la vida estaba para apoyarme.
Ahora podemos cambiar todo eso
para nuestros hijos. Una de las cosas más importantes que podemos hacer por
ellos es recordarles la verdad básica de que son encantadores. Nuestro papel
como padres no es ser perfectos, hacerlo todo bien, sino ser cariñosos y
amables.
Los niños hoy en día tienen
muchas más cosas que afrontar que cuando nosotros teníamos su edad. Están
sometidos al asedio constante de las noticias sobre la crisis mundial y
continuamente se ven obligados a tomar decisiones complicadas. La forma en que
los niños manejan estos retos es un reflejo directo de cómo se sienten
realmente respecto a sí mismos.
Cuanto más se amen y se respeten,
más fácil les resultará tomar las decisiones correctas en su vida.
Es importante que inculquemos a
nuestros hijos el sentido de independencia, de poder y que sepan que pueden
marcar la diferencia en el mundo actual. Pero por encima de todo, es esencial
que les enseñemos a amarse a sí mismos y a que sepan que son lo bastante buenos
hagan lo que hagan.
Los más jóvenes nos están mirando
y escuchan todo lo que decimos. Sé un buen ejemplo de frases y afirmaciones
positivas. Cuando tú empieces a creértelas, también lo harán tus hijos.
Educa a los niños que hay en tu
vida, del mismo modo que tú estás aprendiendo a educarte a ti mismo. Recuerda:
nadie tiene el niño o la niña «perfectos» ní el padre o la madre «perfectos».
Estamos destinados a tomar malas decisiones un día u otro. Eso simplemente
forma parte del aprendizaje y del proceso de crecer. Lo que importa es que ames
incondicionalmente a tu hijo y, ante todo, que te ames a ti mismo incondicionalmente.
Ahora observa cómo se producen los milagros para tus hijos y para ti.
Afirma: Puedo ser lo que me
proponga. Puedo hacer lo que me proponga.
La vida está de mi parte.
Ejercicio del trabajo del espejo para el día 20
1.
Me gustaría
que vieras un vídeo de una niña encantadora repitiendo sus afirmaciones. Se
llama «Jessica’s Daily Affirmation» y puedes verlo en https://www.youtube.com/watch?v=WWjm6BjT2AI
2.
Mira este
vídeo con tu hijo o cualquier niño que forme parte de tu vida, incluso con tu
niño o niña interior.
3.
Pídele a tu
niño/a que repita sus propias afirmaciones diarias como hizo Jessica en el
vídeo. Pregúntale qué es lo que le hace feliz
y pídele que lo cuente delante del espejo.
4.
Puedes
empezar este ejercicio haciendo tu propio trabajo del espejo e invitando a tu
niño/a a que lo haga contigo. Repite afirmaciones sencillas como: Te amo. Lo
amo todo de ti. ¡Soy increíble! ¡Soy una persona hermosa! ¡Tengo un pelo muy bonito!
¡Puedo bailar como una estrella de la televisión!
5.
Resérvate un
rato cada día para hacer el trabajo del espejo con tu niño, aunque sea sólo
unos minutos por la mañana.
El poder está dentro de ti:
Tu ejercicio del diario para el día 20
1.
Hoy
empezarás tu ejercicio del diario leyendo una historia de mi libro Las
aventuras de Lulu, lo encontraras al final de la meditación.
2.
Ten a mano
papel para dibujar, lápices de colores, lápices de cera o rotuladores de
colores y pegamento. Pídele a tu niño o niña que dibuje un Espejo Mágico al que
poder recurrir, como hace Lulú en el libro. Anímale a que decore el espejo:
puede pegar fotos o dibujos bonitos a su alrededor, que añada cosas brillantes
y chispas al marco, y que deje volar su imaginación con los colores.
3.
Haced turnos
para miraros cada uno en el Espejo Mágico y decir cosas bonitas sobre vosotros.
4.
Escribe las
frases positivas que estáis diciendo para que podáis repetirlas por la mañana
cuando hagáis juntos el trabajo del espejo.
Tu pensamiento del corazón para el día 20:
Me comunico abiertamente con mis hijos o con los niños
Es de suma importancia mantener
abiertas las líneas de comunicación con los niños, especialmente cuando son
adolescentes. Muchas veces a los niños se les dicen cosas como: No digas eso.
No hagas eso. No sientas eso.
No seas así. No expreses eso.
Cuando lo único que oyen es «no, no, no», dejan de comunicarse.
Más adelante, cuando se vuelven
adultos, los padres se quejan de que nunca les llaman. ¿Por qué no llaman?
Porque hace mucho que las líneas de comunicación quedaron cortadas, por eso.
Cuando te abres con tus hijos
(utilizando frases positivas como «Es normal estar triste» y «Puedes hablarme
de ello») y les animas a compartir sus sentimientos, las líneas de comunicación
vuelven a funcionar.
Tu meditación para el día 20: Bienvenido pequeño/a
Coloca una mano sobre tu corazón.
Cierra los ojos. Permítete ver no sólo a tu niño interior, sino ser ese niño.
Pídele a alguien que te lea el siguiente párrafo. Imagina que estás escuchando
a tus padres y que te están diciendo:
Estamos muy contentos de que
hayas venido. Hemos estado esperándote. Deseábamos con todas nuestras fuerzas
que formaras parte de nuestra familia. Eres muy importante para nosotros. Esta familia
no sería lo mismo sin ti. Te queremos. Queremos que estés con nosotros.
Queremos ayudarte a crecer y que seas todo lo que puedes llegar a ser. No
tienes que ser como nosotros. Puedes ser tú mismo.
Nos encanta que seas tan
especial. Eres muy hermoso. Eres brillante.
Eres muy creativo. Estamos
encantados de tenerte con nosotros. Te damos las gracias por haber elegido a
nuestra familia. Sabemos que estás bendecido y tú nos has bendecido con tu
llegada. Te amamos. Te amamos de todo corazón.
Deja que tu niño interior haga
realidad estas palabras. Recuerda que cada día puedes mirarte al espejo y
repetir este párrafo. Puedes decirte todas las cosas que te hubiera gustado que
te dijeran tus padres. Tu niño interior necesita sentirse querido y deseado.
Dale lo que necesita.
No importa tu edad, ni si tu niño
interior está enfermo o asustado: necesita sentirse querido y deseado. Sigue
diciéndole a tu niño interior: «Te deseo y te amo». Ésa es tu verdad. El
Universo te quiere aquí. Y por eso estás aquí. Siempre has sido amado y siempre
te amarán. Puedes ser feliz por siempre jamás. ¡Y así es!
El siguiente es un extracto del libro infantil sobre la
construcción de la autoestima titulado, Las Aventuras de Lulú.
El sol brillaba casi
siempre en la casa grande con dos ventanas a cada lado de la puerta principal
que hacían que pareciera una cara feliz (con los escalones que conducían al
porche como una sonrisa). A Lulú le encantaba jugar afuera en el patio, a veces
debajo de los árboles y otras en el columpio, y otras veces con su hermano
pequeño, Barry.
Lulú sabía que
siempre había algo divertido que hacer, y se despertaba cada mañana emocionada
por saber qué pasaría ese día.
En esta mañana, Lulú
se despertó con el sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre el árbol fuera
de la ventana. Le encantaba la lluvia y, al levantarse de la cama, decidió
mostrarle a su hermano menor, Barry, el clima húmedo. Era muy joven y no podía
salir solo de su cuna.
Barry se echó a reír
cuando Lulú lo levantó y lo llevó a la ventana. Todavía no podía hablar muy
bien, y cuando dijo el nombre de Lulu, sonaba como "Wuwu".
"¡Wuwu,
wawa!", Gritó Barry, saltando arriba y abajo.
"Es lluvia,
Barry", explicó su hermana mayor. “¡Hace crecer los árboles y las flores
florecen y hace que todo sea fresco y hermoso!”
Barry se rió de
nuevo.
De repente, Lulu
escuchó un sonido en la distancia, un tipo de sonido divertido: “¡Wah! ¡Wah!
”Alguien estaba llorando. Lulu pensó que podrían lastimarse, así que levantó a
Barry de vuelta a su cuna y bajó las escaleras para ponerse el impermeable.
Tomó su paraguas con las flores y salió corriendo por la puerta trasera para
ver quién lloraba.
Mientras caminaba por
el césped, vio una rana sentada debajo de un árbol disfrutando de la lluvia.
"Buenos días, señor Rana", lo saludó Lulu. "Es una hermosa
mañana, ¿no?"
"¡Hermoso!
¡Mojado y lluvioso! ”Estuvo de acuerdo el Sr. Rana. "Sería perfecto si no
fuera por ese llanto".
"¿Sabes quién
es?" Preguntó Lulú.
"No",
respondió el Sr. Frog, "pero viene del estanque.
¿Por qué no saltamos
allí juntos? "Y con eso, saltó mientras Lulú lo seguía.
Cuando se acercaron
al estanque, los gritos se hicieron cada vez más fuertes: "¡Wah! ¡Wah! ”
Lulú escuchó atentamente y se dirigió a un parche de hierba alta. El señor rana
saltó a su lado.
Ambos asomaron sus
cabezas en la hierba, y sentados dentro había un pequeño pato amarillo,
llorando.
"Wah! ¡Ay de mí!
—Gritó el patito. Lulú puso su mano sobre la cabeza del pato y la acarició
suavemente.
“¿Por qué lloras?” Preguntó ella.
El hombrecito levantó
la cabeza. "Oh, a nadie le gusto, a nadie", sollozó.
“¿Nadie?” Preguntó la rana. "Yo diría que
eso es bastante serio".
Lulú continuó
acariciando al patito. "Bueno, me gustas. ¿Cuál es tu nombre?"
El patito levantó la
vista y se secó los ojos. "Mi nombre es Willy".
"Bueno, mi
nombre es Lulú, y este es el Sr. Frog. Tal vez podamos ayudarte, "ofreció Lulú.
"¿Por qué crees
que a nadie le gustas?"
Willy se incorporó y
dijo: “Esta mañana estaba jugando a la pelota con algunos de los animales de la
granja de la calle. ¡Gary la Cabra me tiró la pelota y, cuando intenté
atraparla, tropecé con mis pies, me caí en el barro y perdí mi gorra! ¡Ay de
mí!
"Pero Willy,
¿qué tiene de horrible eso?" Preguntó Lulú. "Fue un accidente, y no
te hiciste daño, ¿verdad?"
"No", Willy
sollozó, "pero luego Clarice the Calf me llamó" Willy Bigfoot "y
todos se echaron a reír. No se detuvieron, así que escapé, ¡y ahora no tengo
más amigos! "
Lulu acarició un poco
más la cabeza de Willy. "Oh, Willy", exclamó ella, "¿no sabes
que el mejor amigo que puedes tener es TÚ?"
"¡Pero no me
gusto!" Willy lloró. "Soy tonto y torpe!"
El señor Rana miró a
Willy y se echó a reír. "Willy, no tienes idea de cuántas veces me he
tropezado con mis propios pies. Los míos son mucho más grandes que los tuyos.
Realmente no es una cosa tan terrible. Así es como lo miras. Te he visto en el
estanque y eres muy buena nadadora, mejor que yo. Eso es algo de lo que estar
orgulloso ”.
Willy se sintió un
poco mejor.
“Y la semana pasada te vi rescatar a Baby
Kitten cuando ella cayó al estanque. Mamá Cat estaba muy feliz y pensó que eras
tan valiente ", continuó el Sr. Frog.
"¿Lo hizo?"
Willy preguntó.
"Ya ves",
agregó Lulu, "hay muchas cosas buenas sobre ti. Simplemente no los has
estado buscando. ¿Sabes lo que hago cuando me siento mal? "
"¿Qué?"
Preguntó Willy.
“En mi habitación tengo un espejo, y lo llamo
mi Espejo Mágico. Dentro de este espejo está mi mejor amiga. Ella siempre va a
estar ahí para mí, y cuando algo sale mal, puede hacerme sentir mejor. Y
también puedo hacer que se sienta mejor ".
"Pero no tengo
un espejo mágico", dijo Willy.
Lulu se inclinó hacia
el patito. "Puedo llevarte a la mía. Tu mejor amigo también estará allí.
¡Willy se emocionó
tanto! "¡Oh, llévame a tu Espejo Mágico, por favor!", Chilló.
"Está
bien", respondió Lulu. "Sígueme. ¿Tú también quieres ir, señor Rana?
El Sr. Frog echó un
vistazo al estanque y dijo: "Creo que me quedaré aquí e iré a nadar. Nada
como un buen baño por la mañana. Se va la sangre, ¿sabes? ”Y con un chapoteo
espléndido, se había ido.
Lulu y Willy
volvieron a la casa. "Ya ves, Willy", comenzó Lulu, "lo que
piensas sobre ti mismo se hará realidad, por lo que no querrás pensar cosas
malas".
"¿Quieres decir
que soy tonto y torpe porque creo que lo soy?" Willy preguntó.
"Por
supuesto", respondió Lulu. "Una vez en la escuela, estaba corriendo
una carrera, y estaba seguro de que no podía ganarla. Me repetía a mí mismo:
'Oh, Lulu, nunca ganarás' y adivina qué pasó? "
"¿No
ganaste?" Willy adivinó.
"¡Derecha! Así
que la próxima vez, decidí repetirme una y otra vez: '¡Puedes hacerlo! ¡Puedes
hacerlo! ¿Y sabes qué?
“¡Has ganado!” Gritó Willy.
"¡Sí!",
Dijo Lulu. "Realmente hizo una diferencia".
Finalmente, llegaron
a la casa de Lulu. Cruzaron la puerta principal, pasaron la cocina, bajaron por
el pasillo, subieron las escaleras y entraron en la habitación de Lulu. Junto a
su cama en la pared estaba el Espejo Mágico.
Willy gritó con
alegría: "¡Oh, voy a encontrarme con mi mejor amigo! ¡Voy a encontrarme
con mi mejor amigo! "
Lulu colocó una silla
frente al espejo y le dijo a Willy que cerrara los ojos. Willy hizo lo que le
dijeron, y Lulu lo puso en la silla.
"Está bien,
ahora, cuando abras los ojos, verás a tu mejor amigo. Esta es la persona que
siempre estará contigo y que nunca te dejará. . . . ¡Ábrelos ahora!
Willy abrió los ojos
y se sorprendió al descubrir que se estaba mirando a sí mismo. "Pero soy
solo yo", dijo.
"Eso es
correcto", respondió Lulu. “No importa lo que te suceda en tu vida, tu
mejor amigo siempre será tú mismo.
Di algo agradable a
ti mismo ".
Willy se sintió
tímido. "Hola", se aventuró en voz baja, luego se volvió hacia Lulu.
"No sé qué decir".
"Cuéntale las
cosas bonitas que se dijeron sobre ti hoy", sugirió Lulu.
"Eres una buena
nadadora y Mama Cat cree que eres valiente", dijo Willy.
"Eso es
bueno", lo alentó Lulu. "¿Puedes decir 'te amo'?"
"Eso suena
tonto", respondió Willy.
"Solo
inténtalo", suplicó ella.
Willy se miró en el
espejo. "Bueno", comenzó de nuevo, "Te amo, y lamento haber
pensado que eras tonta y torpe".
¿Y sabes qué? Willy
se sintió un poco mejor.
Intentó de nuevo:
"Te amo, te amo de verdad", y se sintió aún mejor. Cuanto más lo
decía, mejor se sentía.
"Oh, Lulu",
gritó, "¡Nunca me he sentido tan bien conmigo mismo!"
Lulu estaba tan feliz
por Willy. Ahora sabría que nadie está realmente realmente solo mientras se
tengan a sí mismos.
Se estaba haciendo
tarde ahora, y era hora de que Willy se fuera a casa.
"Oh, Lulu",
suspiró Willy, "me gustaría poder llevar tu Magic Mirror conmigo".
"No necesitas
tener mi espejo, Willy", explicó Lulu. “Cualquier espejo servirá. De
hecho, el estanque en el que vives es el mejor espejo de todos ".
"¡Gracias!",
Exclamó. "Entonces puedo mirar en el estanque todos los días y ver a mi
mejor amigo".
"¿Y recuerdas
decirte cosas bonitas a ti mismo?" Preguntó Lulu. "Asegúrate de
decir, 'Te quiero, de verdad te amo'".
"¡Oh, sí!"
Willy respondió. Él cantó alegremente: "¡Willy, te amo, de verdad te
amo!" Mientras él y Lulu bajaban las escaleras, pasaban por el pasillo y
pasaban la cocina donde Barry estaba sentado en su silla alta.
Cuando Barry vio a
Willy pasar, gritó: "¡Ducky!"
Lulu sonrió al
escuchar a su madre responder: "Ahora, Barry, no hay patos en la
casa".
Afuera, la lluvia
había cesado, y el sol brillaba intensamente. Lulu y Willy caminaban de regreso
al estanque cuando encontraron a todos los amigos de Willy.
Gary la Cabra
preguntó: "¿Dónde has estado, Willy? Aquí tienes tu gorra. Estamos jugando
a la pelota, y te necesitamos en nuestro equipo ".
"He estado
visitando a mi mejor amigo", respondió Willy con orgullo. Se volvió hacia
Lulu y le pidió que se agachara porque tenía un secreto que contarle.
Lulu se agachó y, tan
rápido como un guiño, Willy le dio un beso en la mejilla. "Gracias,
Lulu", dijo. "Me has dado un nuevo amigo maravilloso hoy".
"De nada",
sonrió Lulu. “Pero recuerda, tienes que seguir siendo un amigo para ti mismo
como lo harías con cualquier otro amigo. Cuanto más te ames, más feliz serás,
verás ".
Y con eso, Willy
saludó a Lulu y salió corriendo con sus amigos para jugar a la pelota.
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