Día 27 Expedición del Alma

Dia 2- Me libero y sigo adelante.

Hoy trabajaremos con los Maestros de 3ero a 6to grado.

Una etapa donde ya eres un poco independiente, donde aparecen tus nuevos amigos, y donde las exigencias estudiantiles se hacen más presente

Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales. Generalmente, nos cuesta afrontar problemas emocionales como separaciones, traiciones, humillaciones, abandonos o injusticias.

Lo cierto es que es probable que muchos de nosotros aún no hayamos cerrado esas heridas, que sigan doliéndonos y que intentemos enmascararlas con el maquillaje de la vida.

Sin embargo, no nos percatamos de que solo estamos parcheándolas y que cuanto más esperemos, más se agravarán. Esto es  más complicado cuando, a pesar de que sabemos que algo no está bien en nuestro interior, todavía no nos hemos dado cuenta de que estamos heridos.

Así, hay un tanto por ciento de ignorancia que, unido al miedo a revivir nuestro dolor, no nos permite ser nosotros mismos, obligándonos a interpretar un papel que tenemos poco o nada estudiado y que no nos corresponde.

Las creencias sobre el perdón abren o cierran caminos para nosotros, determinan nuestra disposición para perdonar y consecuentemente influencian profundamente el tono emocional de nuestra vida.

La razón más obvia para perdonar es aliviarnos de los efectos debilitantes del rencor y del resentimiento crónicos. Son esas emociones que, de manera más obvia, hacen del perdón tanto un desafío como una posibilidad inestimable para cualquier persona que desee la Paz.

La rabia y el resentimiento son emociones poderosas que consumen nuestras energías.

El perdón es una decisión, una elección, una actitud, un proceso y un modo de vida. Es algo que ofrecemos a los otros y a veces es algo que aceptamos.

Perdonar es una decisión de ver más allá de la personalidad. Es una decisión de ver más allá de los miedos, idiosincrasias, neurosis y errores, de ver una esencia pura, no condicionada por nuestra historia personal y que posee un potencial ilimitado que siempre merece respeto y amor.

Actividad.

Recuerda las heridas que tuviste con maestros o personas de poder cuando tenías 9 a 11 años.

Vas a dibujar un símbolo que represente esas heridas.

Arrugas el papel y vas a pasarlo por todo tu cuerpo con la intención que ese símbolo absorbe todas las memorias que hay en tu cuerpo sobre esas heridas que tuviste.

Vas hacer consciente de que, al pasarte esa bola de papel, estas sacando de ti todas esas memorias.

Imagínate que te pasas la bola de papel como si te estuvieras enjabonando. Busca pasarla con detenimiento por todo tu cuerpo, soltando, sacando de ti todo el dolor de esas heridas.

Cuando termines de pasarlo por tu cuerpo, te vas a imaginar frente a ti a todas esas personas, y te envuelves con color violeta, desintegrando todas las conexiones que tenías con ellos.

A ellos los miras y le dices que los perdonas, que te liberas de esos recuerdos, y que los liberas también de esas conexiones que dejaste durante tanto tiempo.

Meditación

Visualiza un sol brillante por encima de tu cabeza, e imagina que todos esos pensamientos que te han tenido atrapados con relación a las heridas que has tenido, arrojarlas al sol, pidiéndole al elemental del sol que desintegre todos esos recuerdos.

Luego te colocas frente a esas personas y los envuelves con color blanco brillante, sintiendo como la paz y la serenidad envuelve todo tu cuerpo.

Liberándote de todos ellos y liberándolos.

Pensamiento.

El perdón puede salvar tu vida. Jamás he encontrado algo tan efectivo como el perdón para sanar las heridas profundas. El perdón es una medicina poderosa.

Robert Enrihgt

Afirmación

Suelto el ancla que me ha tenido atrapada por tanto tiempo, me libero y me siento libre para volar.

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Mercedes H Navas RL

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